Hermosa tierra de
grandes héroes, con un camino largo por recorrer y descubrir las grandes
bellezas y riquezas que posee.
Paraguaná, está ubicada al norte
del estado Falcón y en sus orígenes era una isla que se fue formando
alrededor de una inmensa piedra que emergió del mar, que es hoy el Cerro
Santa Ana.
La tierra y la arena que
se fueron asentando a causa de las corrientes creando la extensión de
sus sabanas, que posteriormente, se unió con el continente por un istmo,
básicamente rocoso, en el se sedimentaron las arenas marinas
convirtiéndose en un estrecho corredor de relación que convirtió en Península
aquella isla que se dice estaba habitada por los indígenas Caquetíos.
Esta cultura indígena
subsistía de la caza y la pesca, aunque también practicaban algunos cultivos
como el maíz, el millo y tubérculos como la yuca y la batata. Utilizaban el
algodón y otros productos fibrosos para la vestimenta y los chinchorros.
Elaboraban casi todos
los utensilios domésticos con barro cocido. De las aldeas que habitaban todavía
se encuentran los nombres en los distintos pueblos como Miraca, Machuruca,
Matividiro, Misaray, Guacuira. Paraguaná, tierra llena de sacrificio y gente
luchadora.
Cada rincón de esta ciudad muestra los valores creencias y trabajos donde cada uno de sus
habitantes es destacado en varias disciplinas, conservando siempre las
costumbres y tradiciones de nuestro pasado. Mantener el sentido de pertenencia
por lo autóctono es demostrar que la historia es para la vida y tenerla siempre
presente.
Entre sus historias esta
la primera casa de Punto
Fijo en el año 1948 se
crea el municipio Carirubana que dependía del distrito Falcón, mientras Punto
Fijo se convertía en una ciudad en proceso de consolidación gracias al
establecimiento de las cercanas refinerías Shell y Creole. En esa época, Punto
Fijo era apenas un caserío que se desarrolló vertiginosamente, por lo
que era conocido como el más grande del mundo; tenia emisoras radiales,
el Diario Médano, institutos de educación primaria y centros privados de
enseñanza del bachillerato hasta que en 1959 recibió en su conjunto urbano al
núcleo de la Universidad del Zulia.
Este acelerado crecimiento
motivó a la Cámara de Comercio de Paraguaná, bajo la
presidencia de Joffre Paúl Játem, a promover la constitución del comité para el
nombramiento de Punto Fijo como distrito, lo cual se concretó parcialmente mediante
la reforma de la Ley de División Político-Territorial del estado Falcón,
aprobada por la Asamblea Legislativa Regional el 12 de diciembre de 1969 con la
creación del distrito Carirubana, capital Punto Fijo, incorporando a
Carirubana, Punta Cardón y Santa Ana.
Cuenta con grandes monumentos que adornan su
paisaje de los cuales la Curva de Sabino es la que indica la entrada a Punto
Fijo y es uno de los principales puntos de referencia para el viajero.
Emplazado en una redoma, el monumento de la curva Sabino es un homenaje a la
actividad refinadora del occidente de la Península, por ello está conformado
por estructuras como tanques, tuberías y materiales que recuerdan por sus
formas, al Complejo Refinador Paraguaná.
Asimismo, el Monumento Natural Cerro Santa
Ana, con una flora y fauna encantadora, mitos y leyendas que se esconden
en el gran pulmón de Paraguaná. Es un sitio donde puedes apreciar la naturaleza
y respirar un aire fresco, limpio y conservado. Además, es ideal para ir de
excursión con familiares y también, cuenta con personas de la comunidad que son
los guías ideales para comenzar una larga travesía que sin duda es maravillosa.
Las riquezas culturales aún se conservan en perfectas condiciones a pesar de los
largos años. Una muestra es la Catedral
Nuestra Señora de Coromoto.
La primera piedra de
la constitución del templo fue colocada el 19 de agosto de 1947. Fue elevada a parroquia el
8 de septiembre de 1951, por parte de la Compañía
de Jesús. La fachada principal de la Catedral está orientada al sur, hacia la
calle Comercio, en tanto que la torre del campanario ocupa la esquina más
importante del centro de Punto Fijo. Cabe destacar, que fue el primer templo
construido en la ciudad.
La Iglesia Nuestra Señora De Santa Ana es patrimonio, y su fundación data de finales del siglo XVII o comienzos del siglo XVIII, como
templo de adoctrinamiento para impartir la enseñanza religiosa a los indígenas
caquetíos que vivían en Santa Ana. Fue la primera iglesia edificada en Paraguaná.
Existen en algunos municipios varios
automóviles que son conservados como testimonios del paso de la Paraguaná rural
a la citadina e industrial. Algunos de estos vehículos automotores se empelan
todavía como atracción en eventos y festividades.
En la calle Guaicaipuro de Santa Ana de
Paraguaná, la familia García posee un antiguo vehículo marca Mercedes Benz,
modelo 1972. Tiene dos puertas, un compartimiento y su parte posterior es
negro. Actualmente es utilizado como carro de alquiler para fiestas, por lo que
es conocido por la comunidad.
La mayor parte de los caseríos y poblaciones
aledañas a Punto Fijo, Santa Ana y Judibana, se localizan en áreas rurales en
las que la electricidad es un servicio de reciente data. De ahí que se atesoren
piezas de una antigüedad inusual y debido a las fallas en el suministro
eléctrico sus pobladores continúan alumbrándose con lámparas de kerosene y
gasolina.
Samuel García por ejemplo, en el caserío
Misaray, posee dos lámparas de gasolina, de color azul y en buen estado de
conservación a pesar de los cincuenta años que tienen de funcionamiento y sigue
usando para iluminar la casa.
También, los baúles, se trata de muebles
utilitarios muy comunes en las casas de muchas de las familias venezolanas y
que hoy conservan como parte de los elementos decorativos. Son piezas en forma
de cofre, generalmente realizados en madera, en diferentes tamaños y con tapa,
utilizados para guardar cosas, aunque en el pasado se usaban para el traslado
de equipaje de viaje.
Estos objetos representan una particular significación para los
pobladores de ambos municipios de Paraguaná.
Sin duda, Paraguaná se caracteriza por sus ideales y
paradisíacas playas donde cada turista que visita la Península se lleva un
grato recuerdo por tantos sitios turísticos que hay por descubrir.
La playa Manaure es uno de los puntos de
contacto directo con el mar que tienen los habitantes de la Comunidad Cardón,
localidad implantada en la planicie que domina el acantilado a cuyo pie se
encuentra el mar. Además, el Balneario Barracoy, se trata de un sitio turístico
caracterizado por ser el escenario de una singular unión de las amarillentas
aguas del golfo y las corrientes provenientes de la playa La Botija. Esta playa
cuenta con una vista a la Refinería de Punta Cardón, integrante del Centro
Refinador Paraguaná.
Los distintos platos típicos son el
aliado perfecto para degustar el paladar, variaciones de dulces son los
exquisitos postres para cada ocasión. Siempre se hacen presentes en cada lugar
donde nos visitemos. Sin embargo, por ser Punta Cardón una zona costera, la mayoría de sus platos tienen como
ingrediente principal el pescado ya sea en sopa, frito o asado y entre las
especies más comunes se encuentra tajalí, jurel, pargo y carite.
Entre los dulces y postres se encuentran la
Paledonia, que forma parte de la gastronomía. Se obtiene empleando panela de papelón,
mantequilla, huevos y soda, mezclando todos los ingredientes se lleva al horno
por veinte minutos y luego se disfruta de un sabor extraordinario y original
que solo en Paraguaná existe.
Una dulcera destacada es la señora Carmen Rosa García, quien nació el 23 de marzo de 1954. Desde la edad de treinta años y como una forma de incrementar sus ingresos, empezó a trabajar en su casa elaborando dulces de coco, ajonjolí y maní, que luego distribuía en varias panaderías de la ciudad de Punto Fijo. Actualmente vive en Santa Ana de Paraguaná y continua trabajando en la preparación de exquisiteces.
Una dulcera destacada es la señora Carmen Rosa García, quien nació el 23 de marzo de 1954. Desde la edad de treinta años y como una forma de incrementar sus ingresos, empezó a trabajar en su casa elaborando dulces de coco, ajonjolí y maní, que luego distribuía en varias panaderías de la ciudad de Punto Fijo. Actualmente vive en Santa Ana de Paraguaná y continua trabajando en la preparación de exquisiteces.
En cuanto a la
artesanía, los habitantes de Paraguaná con sus creativos y diferentes trabajos
son reconocidos. Silvia Dávila de Manaure, cultura. Nació en Tacuato
el 29 de marzo del año 1952. Se mudó a Santa Ana en el año 1976, cuando
contrajo matrimonio con Dámaso Manaure. Esta artesana de vocación aprendió a
los nueve años de edad a tejer gracias a las enseñanzas de su madre, quien
hacia apalgatas, hamacas en telares y ganchillo.
Conjuntamente, Luisa Ocando nació el 26 de agosto de
1915 en la población de Chichiriviche estado Falcón. A los veinte años llegó a
la población de Carirubana y durante
trece años trabajó de Avencasa, tuvo cinco hijos y luego de un accidente en el
trabajo se incapacitó y se retiró de la empresa. A raíz de eso empezó a
elaborar muñecas de trapo lo cuales resultaban ser muy llamativas pues donde
identificaba a las representaciones de personajes como Simón Bolívar, Alí
Primera Manuelita Sáenz y otros héroes que
salían de sus talentosas manos.
Algunas de las calles de Paraguaná tienen sus
historias, así como lo es la anteriormente llamada calle Catedral, este paseo,
que conduce a la Plaza Bolívar y a la iglesia Nuestra Señora de Santa Ana,
disfruta de una fenomenal vista al Cerro Santa Ana. Es conocida como la calle
de los murales con motivo de las grandes pinturas realizadas en el año 2002,
sobre las paredes perimetrales del recorrido.
Los murales allí plasmados
exaltan los valores naturales, arquitectónicos, culturales, religiosos y
deportivos, no solamente de Santa Ana sino de otros pueblos de la Península.
La fauna de manera más factible la tiene el
Zoológico Gustavo Rivero, con una representación importante de las más variadas
especies de animales del país y en sus instalaciones nació el primer oso
frontino en cautiverio en el año 1996.
Este parque ambiental ubicado en la comunidad
Cardón, mantiene una laguna artificial en la que conviven caimanes con las aves
zancudas, así como veredas, jardineras, bancos de metal y concreto, luminarias
y muchos árboles que le confieren mucha frescura al lugar.
Por otra parte, la
cría de ganado caprino que incluye chivos y cabras, es una actividad
autóctona extendida por buena parte del estado Falcón. Se hace tradicionalmente
en los patios y adyacencias de las casas. Por
lo general, se encierran a los animales en corrales hechos con palos de cardón
y en algunos casos con alambre de púas. Temprano en la mañana se sueltan los
chivos para que puedan pastar donde encuentren alimento. La jornada termina con
el regreso de los animales al corral.
Los cultivos frutales, son súper dados en el
pueblo Maitiruma, ubicado al este detrás del Cerro Santa Ana, se cultiva
melón y patilla de calidad. Los productos de esta actividad se venden en los estados Carabobo, Táchira y Distrito Capital. Estos cultivos se realizan en
tierras donde se ha mantenido esta actividad por generaciones. En algunas
familias se ha convertido en la fuente de empleo para muchos pobladores de las
localidades circunvecinas.
Un lugar histórico de orígenes Caquetío es la plaza Bolívar de Santa Ana.
Está relacionado con la Iglesia Nuestra Señora de Santa Ana, templo que data
finales del siglo XVII o principios del XVIII. Según cuentan sus habitantes más
antiguos, que anteriormente la plaza era de alambre y estaba bajo el cuidado de
Víctor Tremont, quien cargaba agua de un estanque para regar las plantas.
En el centro la plaza presenta un busto de Simón Bolívar que descansa
sobre un pedestal de granito. Presenta además, numerosos bancos, faroles y
árboles. Es el principal recinto urbano de esta localidad, y es usado por la
comunidad como lugar de esparcimiento, así como centro para reuniones culturales,
eventos y actos escolares.
Paraguaná, tierra de tradiciones, con
personajes que han dejado huellas en el quehacer artístico intelectual que
forman parte de la historia bonita de la Península.
Esta es Paraguaná, la que orgullosamente se
convierte por medio de sus sentimientos sublimes en custodia de sus bienes más
preciados. Somos paraguaneros caminantes que a pesar de las dificultades nunca
nos detenemos para luchar por nuestras raíces.